1. Infórmate sobre el restaurante:
Online o presencial, para tener una idea más clara de los platos que ofrecen, y los posibles riesgos que esta podría tener.
2. Avisa con antelación:
En algunas ocasiones ya estamos sentados en la mesa cuando un camarero nos informa de que no pueden ofrecernos nada.
3. Evita las horas punta:
Acudir al restaurante en un horario menos concurrido permitirá que el personal pueda dedicar más tiempo.
4. Informa y observa:
A tu llegada al establecimiento expresa tus restricciones alimentarias y observa sus reacciones. Si ves al personal inseguro o nervioso a la hora de responder tus dudas, busca otro restaurante que te pueda ofrecer mayor confianza.
5. Pregunta, pregunta y pregunta:
No sientas que eres un incordio por hacer todas las preguntas que necesites. Tu salud es lo más importante.
6. Solo una voz:
A la hora de exponer tus restricciones alimentarias, es importante que sea solo una persona quien hable y exprese las consideraciones que sean oportunas. Es muy importante para que pueda retransmitirlo en cocina con mayor claridad.
7. No hagas suposiciones:
El haber comido un determinado plato infinidad de veces anteriormente, incluso en el mismo restaurante, no lo convierte en un plato seguro para ti
8. Información sobre alérgenos:
Hablamos principalmente de tablas de alérgenos o iconos en el menú. No siempre es fiable. Ya que en ocasiones no está actualizada.
9. No olvides llevar tu medicación:
Es muy importante que vayas siempre preparado con tu medicación en caso de reacción, y que quienes te acompañen conozcan cuál es el procedimiento a seguir en caso de que algo vaya mal.
10. Revisa la comida:
Cuando te sirvan la comida revisa que sea acorde a lo pedido, e identifica sus ingredientes.